Ghostland (2018)- Película

por - 23.5.22

Ghostland es una película de terror dirigida por el director francés Pascal Laugier. Algunos les puede sonar su nombre por la película The Martyrs. 

Según el director, esta película surgió en un momento de desesperación económica, pero se llevó un premio de Nocturna Madrid y otro galardón del Festival Internacional de Cine Fantástico de Gérardmer (Francia) entre otros.

¿De qué trata este film? Por una herencia Beth y Vera se mudan con su madre a la antigua casa al más estilo americano de su tía abuela. Beth, la protagonista, quiere ser escritora de terror a lo más estilo Lovecraft y su hermana no para de mofarse de su aspiración.  La casa a la que se mudan parece más bien un museo de muñecas y objetos diabólicos que nada más verlo te imaginas que algún día cobrarán vida 😖 Sin embargo, antes de llegar a la casa, hacen una parada en una gasolinera. En ella, Beth encuentra en un periódico la noticia de dos psicópatas que se dedican a entrar en casas de familias con hijos adolescentes y asesinan a los padres para retener a sus hijos. La pesadilla comienza cuando se topan en su camino con un sospechoso camión de helados.

Para esta película, Laugier cogió como papeles principales a actrices por su interés en los misterios internos femeninos. Para el, esto le servía de ayuda mental para proyectar y conseguir esa sensibilidad para crear este estilo de películas y agarrar al espectador.



OPINIÓN

Laugier refleja en esta película una fase bastante personal y propia. Se puede captar un componente que a mi siempre me marca;  la emoción y que pocas películas tocan ese factor tan importante para llegar a conmover. El cine de terror, en general, es el mejor género para llegar a la parte más terrorífica del ser humano y para descubrir las capas más íntima que muchos otros géneros son incapaces de proyectar.

En cuanto a los personajes, Beth vive en otro mundo, con sus fantasmas y su imaginería con una gran admiración por Lovecraft, su autor favorito.  Todo lo contrario es su hermana Vera, que intenta despertar a Beth de ese ansiado sueño de ser autora. Aunque con este gran contraste de personalidad, ambas unen sus fuerzas para llegar a sobrevivir de ese terror y trauma que les acarrea. 

En Ghostland ocurre justamente eso. Refleja una violencia interior que les marcará el resto de su vida y que a través de realidades alternas, tienen que sobrevivir y enfrentarse a esos terrores que las cubren en el presente. Los elementos utilizados en la película sirven de patrón para revivir y despertar ese terror que todos hemos sufrido en la infancia, como la influencia del miedo de objetos como las muñecas diabólicas, los psicópatas de niños o los payasos, recreando así un mundo pesadillesco.

Sobre la producción, se centra en una casa caótica de objetos extraños y cuyo formato transmite claustrofobia para reflejar así los pensamientos interiores de la protagonista. 

En definitiva, es muy buena película de género cuya violencia más íntima refleja las pesadillas y que la considero un melodrama de terror con un gran factor psicológico que a mi me encanta. Sin duda, un director del que hay que seguir la pista.

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